Con esto lo que queremos decir es que cada alumno y alumna tiene su propio ritmo de aprendizaje y debemos respetarlo, y no forzarlos, puesto que si los forzamos puede que nunca lleguen a subir esas escaleras, siendo así nosotros y nosotras los que guían su aprendizaje. Pensamos que es muy importante tener en cuenta este aspecto, ya que en algunos casos el alumnado puede frustrarse, sentirse inútil o que no puede superar el obstáculo, lo cual puede afectar no solo en el ámbito académico sino en su ánimo, en la relación con su familia, compañeros, amigos y si el profesor/a está atento puede ayudar y evitar esta situación.
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